sábado, 21 de mayo de 2016

¿Machismo o feminismo? Mejor ninguno

Creo que muchos crecimos en familias en las que había por lo menos una persona machista, casi siempre son las abuelas o abuelos y no los culpo, vienen de otra época, otras costumbres y otra crianza.

Como es de suponer, no estoy de acuerdo con el machismo, pero ¿qué es para mí el machismo?
Es denigrar a la mujer, es hacerle sentir que no es capaz de hacer algo bien, es creer que sólo está logrando tener éxito porque seguramente tuvo sexo con alguien o pensar que sin un hombre no puede vivir y que para ella la autosuficiencia no existe. También es creer que por ser mujer entonces no sabe de fútbol, no sabe manejar o simplemente no puede opinar en "temas de hombres".

Estamos en una sociedad que piensa que lo malo que le puede pasar a una mujer es porque se lo buscó, porque ¿quién la mandó a maquillarse así? ¿Quién le dijo que vestirse así no provoca a los hombres? Es culpa de ella por creerse ese cuento de la liberación femenina, si estuviera en la casa, si se vistiera diferente, todo sería como debe ser. En esa sociedad estamos y para mí, eso es machismo.

Sin embargo, creo que en el afán por salir bien libradas de tantas acusaciones ridículas, se creo un feminismo mal pensado, mal orientado y exagerado que raya en el fanatismo.

Ahora a las feministas todo se les convirtió en machismo, ya los hombres no pueden dar una opinión sobre el comportamiento de una mujer, si dice que es linda, entonces es que sólo se está fijando en su físico y la está considerando bruta y la busca sólo para sexo, pero si dice que es fea, entonces es que sólo busca belleza y no le importa la inteligencia. Existen las que creen que un hombre no puede ser con los hijos como puede llegar a ser una mamá, incluso están las que piensan que los hombres son todos iguales y que no saben amar ¿absurdo, no?

Creo que muchos hemos podido ver diferentes experimentos sociales hechos por jóvenes que quieren demostrar la desigualdad de género hacia los hombres, vemos como la gente se indigna y toma partido si una mujer es golpeada, pero si es ella quien está atacándolo la gente se ríe y graba como si fuera un gran espectáculo, ¡cuánto me molesta eso!

No me malinterpreten, no estoy defendiendo al uno o a la otra; simplemente no estoy de acuerdo con el irrespeto hacia otra persona; no está bien que un hombre golpee a una mujer aprovechando que tiene más fuerza o que ella se encuentra en estado de indefención; pero tampoco estoy de acuerdo con esas mujeres que creen que por el hecho de serlo tienen derecho alguno de pegarle a un hombre en forma de ataque y esperando que por su género y el "a las mujeres no se les pega" este no le responda o quiera defenderse. Muchas corren con la suerte de dar con hombres que se arman de paciencia y no les responden el ataque, pero no los culpo si se ven en la necesidad de defenderse.

Por último, si usted es mujer hágase respetar, exprese sus opiniones, su forma de pensar, sus sentimientos, pero siempre sin intentar pasar por encima de los derechos de los demás, sin sacarle provecho a su género para conseguir favores. Nunca permita que nadie le pegue, la humille o la haga sentir menos: pero recuerde que tampoco debe pegarle o maltratar pscicológicamente a los hombres, recuerde que si lo hace es porque está dispuesta a recibir lo que ese trato traiga consigo. Ámese mucho, sin confundirlo con egocentrismo y ame mucho sin perderse en el servilismo.

Si usted es hombre, respete y valore a las mujeres que lo rodean, no las golpee, no las humille, ni las subestime; recuerde que usted viene de una y hágale honor a todo lo que ella le enseñó. Pero nunca permita que una mujer se aproveche de su condición para maltratarlo o para hacerse la victima, recuerde que usted también es importante, que también es valioso y que merece respeto.

Sería genial que aprendiéramos a respetarnos por el simple hecho de ser personas, sin importar el género o las preferencias sexuales, que valoráramos el trabajo del otro por su desempeño, por sus talentos y que tuviéramos en cuenta las opiniones de todos sin que estas perdieran credibilidad por el género de quien las expresa.

El día que entendamos que somos iguales y que lo que determina que podamos hacer o no algo en la vida no es nuestro género, ese día todo empezará a cambiar.

Un abrazo para todos y de nuevo gracias por leerme,


Julieta





martes, 10 de mayo de 2016

El lobo con piel de oveja

En esta segunda entrada les abro mi corazón y la puerta a un momento muy importante de mi vida, esto con el final de darles un gran consejo.

Desde el domingo estoy aplazando esto, pero hasta hoy tomé el valor de escribir y aún mientras lo hago soy un manojo de nervios, pero aquí voy.

Fui la primer nieta de mis abuelitos maternos, es por eso que en mí, mi abuelito dejó ver toda la ternura que llevaba en su interior (que por cierto la tenía bastante escondida). Yo era su niña consentida, era su "Juli Julietas, la niña más llorona y pelietas", él hacía lo que fuera por mi y mi amor por el era infinito; es por esto que su partida me rompió el alma, hace poco había cumplido los doce años y se había ido ese hombre que tantas cosas me había enseñado, pero nunca pudo prepararme para lo que estaba por venir.

Como es de esperarse, en esas situaciones siempre hay personas que quieren darte fuerzas y ser tu hombro para llorar. Fue justo ahí donde hizo su gran entrada el lobo con piel de oveja, ese que siempre estuvo disfrazado y esperando el momento indicado para atacar. Su cercanía se lo permitía, sólo debía ser paciente y esperar la oportunidad.

Yo acababa de entrar a cursar séptimo grado y como el colegio quedaba cerca del almacén de mi abuelita, pues todos los días iba a almorzar allá, mi mamá trabajaba y me dejaba bajo su cuidado.

Un día mi abuelita tuvo que irse, no recuerdo a qué. Así que llegó la gran oportunidad para ese lobo:

- ¿Ya te desarrollaste?
- Sí señor
- Déjame ver tus senos, puede que estén creciendo mal, me parece que tienes uno más grande que el otro y eso no es bueno.

Creyéndole cada palabra, me levanté el busito y el quitó el acostumbrador. Sí los tocó muchas veces y luego preguntó:

- ¿Te has metido alguna vez los dedos ahí? (señalándome la entrepierna)
- No señor, nunca ¿para qué lo haría?
- Mmm, no te creo, me estás mintiendo. Yo sé de estas cosas así que déjame ver si es cierto.
- Es que es verdad, yo no haría eso.
- Tranquila, déjame ver, sabes que te amo y no haría nada malo para lastimarte.

Tenía la falda del colegio, así que él se encargó de bajarme el bicicletero y la ropa interior de niña. Sí porque tener 12 años hace 20 años, no es lo mismo que tener 12 años ahora.

Me recosté en la cama y me tapé los ojos, después de todo a excepción de mi mamá y uno que otro pediatra, nadie me había visto así. Lo hizo, llegó allí con sus manos y yo no entendí su reacción sino hasta algunos años después, cuando entendí que estaba excitado

- ¿Alguna vez has visto un pene?
-  No señor, nunca.
- Te voy a mostrar el mío, ¿te gustaría que lo pusiera donde puse el dedo? Mira que se siente bien y si te duele tranquila, yo te voy a cuidar, recuerda que te amo y no quiero que nada malo te pase.

Pero en ese momento alguien llegó a comprar algo y yo me llené de miedo, así que mientras él atendía, yo me vestí muy rápido.

Al ver mi cara de miedo, sólo dijo:

- Tranquila, si no quieres está bien, pero no le vayas a decir a tu mamá, si le cuentas no lo va a entender y va a armar la tercera guerra mundial.

Los años pasaron y cuando vio que yo ahora entendía lo que había hecho, se volvió maltratador verbal, aprovechaba la ausencia de mi mamá o mi abuelita para insultarme, para decirme que era estúpida, que era fea, que si decía algo nunca nadie me iba a creer. Así que me encerré en mi misma, me volví rebelde, grosera, empecé a perder años y por nada del mundo quería que se acercara a mi hermanita.

Tenía 16 años cuando decidí confesárselo al psicólogo del colegio, su consejo fue que hablara con mi mamá pues ella tenía derecho a saber, sobre todo porque debía proteger a mi hermana, pues era posible que quisiera intentarlo con ella también.

Llegó el día de decírselo y aunque no fue fácil, lo hice y contrario a todo lo que él me había dicho, ella creyó cada palabra, no alcanzan a dimensionar su dolor, su frustración, sus malos pensamientos, su deseo de venganza, su rencor.

Hoy, 20 años después ¿qué les puedo decir? Que me tomó muchos años perdonarlo, perdonar a mi abuelita que tan pronto supo se puso de su lado y no me creyó. Tuve que entender que no era culpable de nada, que yo sólo era una niña inocente. No, nunca lo denuncié, no quise ser objeto de preguntas, no quería pasar por el "esas son mentiras suyas para llamar la atención", pero la vida no se queda con nada y de a poco se ha encargado de cobrarle cada lágrima, cada humillación.

Finalmente, mi consejo es que cuiden a los niños de su familia, no los pierdan de vista, préstenle atención a sus cambios drásticos, no le dejen todo a "es que es una etapa de la vida y así se ponen a esa edad", no confíen en nadie y sobre todo dejen de pensar que sólo los extraños pueden hacerles daño.

Muchas gracias por leerme, me siento diferente después de escribir esto. Un abrazo para todos.




miércoles, 4 de mayo de 2016

Mi primer entrada

Esta es la primer entrada de mi blog, en realidad a es mi primer entrada a cualquier blog. Siempre había querido empezar uno pero no conseguía animarme; tal vez por pereza, por miedo a ser de esos blogueros que no los lee nadie o tal vez  por tener tantas cosas que decir, compartir y contar, pero no saber por donde empezar.

Desde muy pequeña me ha gustado escribir, empecé con cartas de amor a mi mamá.


Luego pasé a los escritos y ensayos para el colegio o la universidad y alguna que otra vez tenía un derroche de palabras llenas de cantaleta o amor para el novio del momento.

La cosa es que siempre me ha gustado despertar emociones con lo que escribo, hacer que el lector se sienta identificado y con ganas de leer un poco más. El intento más cercano a esto ha sido escribir casi 48.000 mil tweets en 6 años jajajajajaja (hablo hasta por los ojos). Sien embargo a veces siento que 140 caracteres no son suficientes para hablar de mis experiencias de vida, buenas, regulares y malas, mis opiniones, mis gustos y hasta mis recetas.

Me gustaría mucho que me dijeran qué les gustaría leer en mi segunda entrada, si quisieran ver una receta, que les contara un poco de mi vida, etc

Gracias por tomarse el tiempo de leerme y quedo en espera de sus opiniones.

Con gran expectativa y cariño,

Julieta, más conocida en el bajo mundo como AyCapullito